Hace muchos años atrás, en algún lugar de Formosa cercano a un mar, vivía una tribu llamada Chuví que acostumbraba recolectar frutos y a cazar animales, pero fundamentalmente su dieta se basaba en peces y frutos del mar ya que disfrutaban del agua a la que llamaban H2O.
Allí vivía Yakaira, una doncella hermosa, coqueta, la más bella de la tribu. Pero era muy obsesiva de cómo se veía, creída y egoísta. No tenía amigos porque se creía más importante que el resto de las chicas.Siempre se alejaba de la tribu y caminaba sola durante horas hasta llegar a la orilla de un río donde se quedaba mirando su reflejo.
Mientras tanto, la tribu la buscaba y buscaba sin encontrarla.
Hasta que un día el dios de todas las cosas, Zambú, comenzó a llorar de tristeza y las lágrimas se convirtieron en lluvia, porque no podía creer que fuese tan egoísta.
Una gota tocó a Yakaira y la convirtió en una flor bonita que solo crece a la orilla del río, donde está obligada por siempre a mostrar su belleza y a ser admirada por los demás, sin lastimar a nadie.